Parthenope: Los amores de Nápoles - Reseña

La juventud es fugaz, esa es su belleza. Paolo Sorrentino (La gran belleza, Fue la mano de Dios) crea una carta de amor hacía su natal Nápoles en Parthenope: Los amores de Nápoles, película en la que retrata la belleza, el dolor, el deseo, la crudeza  y la alegría de vivir, retratados desde una perspectiva muy íntima y personal.

El deseo es el misterio, y su funeral es el sexo

Parthenope (Celeste Dalla Porta) es la hija menor de una familia de Nápoles. Bendecida con una gran belleza, algunos la envidiarían y otros la amarían por ello, incluyendo su hermano. La vida los llevaría a ambos a un viaje del que ella jamás volvería a ser la misma. Perdida e indecisa sobre su futuro, el mundo que la rodea la llevaría a experimentar la cruda realidad sobre el mundo de la actuación y sobre el apasionante y brillante mundo de la antropología.

Con una fotografía impecable y un ritmo contemplativo, Parthenope nos muestra dos caras de una misma moneda, la belleza y la crueldad que abordan sus dos protagonistas: Parthenope y Nápoles. A lo largo de la cinta, ambas reflejan constantes cambios influenciados por las personas que las rodean. El director no se limitó a mostrar esto únicamente con su guión, sino que además impregna con su fotografía cargada de simbolismos mensajes sobre la pérdida, desolación, amor y sensualidad.

Me gusta que algunos personajes, pese a su poca aparición en pantalla, son verdaderamente significativos para su protagonista, como lo son John Cheever (Gary Oldman) o el profesor Devoto Marotta (Silvio Orlando), quienes influyeron en la vida de Parthenope y las desiciones que ella tomaría a lo largo de su vida. Además, el trabajo de Celeste Dalla Porta es impresionante. No solo destaca por su belleza en pantalla, sino que su personificación de Parthenope me pareció bastante interesante, pues aborda diversos sentimientos conforme avanza la cinta.

Si bien, me parece admirable que la obra de Sorrentino finalmente se haya consagrado en una trilogía que habla sobre la vida en su tierra natal, Parthenope me parece la más complicada de las tres. Conforme avanza la cinta, el hilo que intenta abordar en un inicio se va difuminando, y al llegar a la mitad del segundo acto, las cosas que suceden en pantalla comienzan a sentirse en ocasiones al azar, sin una justificación de por medio. Sumado a que la historia es contada desde una narrativa enteramente heterosexual, me parece que esto podría limitar a algunos espectadores a ver enteramente la película.

Nos encontramos ante una obra de autor que retrata de la manera más bella posible distintos mensajes que pueden ser difíciles de digerir para algunos, pero me parece que ese es su punto más fuerte. Sorrentino aborda, al igual que en sus trabajos previos, una fotografía impresionante, y en Parthenope es el protagonista principal al lado de Celeste Dalla Porta.

¡Ya puedes ver Parthenope: Los amores de Nápoles en cines!

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